Materiales:
Todas las construcciones conservadas son de granito color blancuzco, compuesto en un 60% por feldespato, un 30% de cuarzo y un 10% de mica. Todo el material procedía de las canteras ubicadas en los contornos del complejo inca.
La piedra tiene entre 6 a 7 grados de dureza en la escala de Mohs. En tiempos incas esta fue trabajada con barretas y otras herramientas de bronce (no se usaba herramientas de hierro en el antiguo Perú) y percutores de piedras más duras. Las piedras fueron alisadas por abrasión con arena y piedra.
Morfología
Casi todos los edificios son de planta rectangular. Los hay de una, dos y hasta ocho puertas, normalmente en uno solo de los lados largos del rectángulo. Existen pocas construcciones de planta curva y circulares.
Son frecuentes las construcciones llamadas huayranas. Estas tienen sólo tres muros. En estos casos en el espacio del "muro faltante" aparece a veces una columnata de piedra para sostener una viga de madera que servía de soporte al techo. También existen huayranas dobles, dos huayranas unidas por un muro medianero, a las que se llama masmas.
Las construcciones habitualmente siguen el esquema de las kanchas, es decir cuatro construcciones rectangulares dispuestas en torno a un patio central unidos por un eje de simetría transversal. A este patio dan todas las puertas.
Muros
El aparejo de los muros de piedra era básicamente de dos tipos.
De piedra corriente unida con mortero de barro y otras substancias. Hay evidencias de que estas construcciones, que son mayoría en Machu Picchu, estuvieron enlucidas con una capa de arcilla y pintadas (en colores amarillo y rojo por lo menos), aunque la temprana desintegración de los techos las hicieron vulnerables a la permanente lluvia de la zona y por lo tanto no se han conservado.
De piedra finamente labrada en las construcciones de élite. Son bloques de granito, sin enlucido y perfectamente tallados en forma de prismas rectangulares (paralelepípedos, como los ladrillos) o poligonales. Sus caras exteriores podían ser almohadilladas, es decir protuberantes, o bien perfectamente lisas. En estos casos la unión de los bloques parece perfecta y ha hecho suponer que no tiene ningún tipo de mortero; pero de hecho sí lo tiene, es una fina capa de material aglutinante que se encuentra entre piedra y piedra aunque es invisible por fuera. El esfuerzo de estas realizaciones en una sociedad sin herramientas de hierro (sólo conocían el bronce, mucho más blando) es notable.
De piedra corriente unida con mortero de barro y otras substancias. Hay evidencias de que estas construcciones, que son mayoría en Machu Picchu, estuvieron enlucidas con una capa de arcilla y pintadas (en colores amarillo y rojo por lo menos), aunque la temprana desintegración de los techos las hicieron vulnerables a la permanente lluvia de la zona y por lo tanto no se han conservado.
De piedra finamente labrada en las construcciones de élite. Son bloques de granito, sin enlucido y perfectamente tallados en forma de prismas rectangulares (paralelepípedos, como los ladrillos) o poligonales. Sus caras exteriores podían ser almohadilladas, es decir protuberantes, o bien perfectamente lisas. En estos casos la unión de los bloques parece perfecta y ha hecho suponer que no tiene ningún tipo de mortero; pero de hecho sí lo tiene, es una fina capa de material aglutinante que se encuentra entre piedra y piedra aunque es invisible por fuera. El esfuerzo de estas realizaciones en una sociedad sin herramientas de hierro (sólo conocían el bronce, mucho más blando) es notable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario